-¿A dónde vas?-A apagar las velas, el juego ha terminado.
-¡Pero si apenas hemos empezado!
-Quiero pedir un deseo...
-¿Qué coño dices..?
-Sí, un deseo... apagar la vela y que tú desaparezcas...
-¿No sabes que si lo dices en alto no se cumple?
-¡Exacto!
Y es entonces cuando de repente te ves en ese punto, y te das cuenta. No pasas página porque no puedes, es porque no quieres. Todo el universo te manda señales de que se acabó, de que ya no hay más. ¿Y tú qué haces? Sigues en busca de una posibilidad, sigues durmiéndote en los recuerdos, en los "qué podría haber pasado". Eres fuerte, sí, por fin lo eres y no se te ocurre otra cosa que intentar sacar pegas a tu comportamiento... Intentar justificarlo como una especie de autodefensa...