Y ella solía jugar. Jugar a juegos arriesgados, a perderse en laberintos. Pero ese laberinto no resultó tan divertido...Perderse en sus ojos resultaba confuso, agobiante... No encontrar la salida por muchas vueltas que diera... Y cada vez más profundo. Y en cada mirada más pequeña. Y en cada pestañeo... una lágrima, un olvido.
feliz año Sencé!
ResponderEliminar... no solo jugar con fuego quema ;D
me gusta mucho la foto
ResponderEliminarA veces las ganas de aventura pueden con nosotros y luego nos arrepentimos... lo hecho, hecho está no hay que darle más vueltas.
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