Recuerdos colgados.

Y es curioso como los sentimientos vienen y van... Aparecen mientras cuelgas la ropa lo más rápido posible para no quedarte petrificada por el frío. Y de repente, una pausa. Una imagen. Una anécdota. Un recuerdo al fin y al cabo... ¿Y qué pasaría si tú fueras esa camiseta ahí tendida? Sí, estas colgada de tus recuerdos, pero ¿quién te ata a ellos?¿una simple pinza? Hace un par de días llegué a un momento crítico. Me sentí esa camiseta que cansada de luchar contra ese viento cargado de malos tragos y dolor se deshizo de su pinza... ¿y cuál fue mi sorpresa? Que me sentí libre... Más libre que nunca. Una acción que un tiempo atrás me hubiera dejado por los suelos ( es más ya había pasado ) no me afectó. Fue como si se tratará de la vida de otra persona, del posible dolor de otra...  Y me alivié. Parece que ya se ha cubierto el cupo del dolor, o al menos por un tiempo. Ni siquiera sentí remordimientos, sólo indiferencia. ¿Un deseo? Que por favor esta sensación no sea pasajera...

(foto: Sencé)